Cada vez que sostengo tu mano
soy invisible.
Cada vez que te digo -te amo,
soy invisible.
Invisible,
desde que te conocí, en la puerta de mi casa.
Invisible,
desde que tu viste en mi una frágil mujer.
Invisible, inodora, incolora e insípida
Simplemente invisible
Yo me enamoré de mi sensación.
Era más fácil dejarse ayudar a la medida justa.
Tu solo dabas y yo solo recibía.
Nunca había sido tratada con tanto aprecio y necesidad,
Pero seguía siendo invisible
Esa mujer invisible que va tras de ti
Esa mujer invisible que por su estado y su forma solo vive para soñar
Y sueña para vivir, esa soy yo
La invisible.
Paola L.C©
No hay comentarios:
Publicar un comentario